Adicciones en adolescentes

Las adicciones en adolescentes:

Comprender su dolor para prevenir y acompañar

Señales, causas y cómo prevenirlas desde la emoción

Las adicciones en adolescentes no empiezan siempre de un día para otro,  con una sustancia ni con un comportamiento “grave”. Suelen comenzar en silencio, en pequeños gestos que pasan desapercibidos: un “no pasa nada”, una habitación cerrada durante horas, un cambio de humor que nadie entiende, o un “estoy bien” que suena demasiado ensayado. Empiezan en lo pequeño: un adolescente que se aísla, que responde con brusquedad, que necesita evadirse para no sentir.
Para muchas familias, ver estos cambios genera miedo, dudas, culpa… Como padres, madres o profesionales, a veces sentimos que estamos perdiendo a ese niño que antes se acercaba sin miedo a pedir ayuda. Y duele.
Este artículo quiere acompañarte desde ahí: desde la preocupación real de un padre o una madre que solo quiere entender qué está pasando y cómo ayudar sin perder el vínculo.

¿Qué lleva a un adolescente a una adicción?

1. Un cerebro que siente demasiado y controla muy poco

Los adolescentes viven las emociones en modo “tormenta”: todo es más intenso, más rápido, más confuso. Su cerebro aún no ha desarrollado plenamente la capacidad de frenar impulsos o medir consecuencias.
Cuando una sustancia o una conducta les calma —aunque sea por unos minutos— es fácil que quieran repetirlo.

2. El peso invisible de la pertenencia

Para un adulto, decir “no” es difícil. Para un adolescente puede ser casi imposible cuando siente que está en juego su lugar dentro del grupo. A veces consumen no por deseo, sino por miedo a quedarse fuera.

La necesidad de pertenencia empuja a muchos jóvenes a probar “para no quedarse fuera”. La adicción juvenil no siempre empieza por deseo, sino por miedo.

3. Dolor emocional sin palabras

Muchos adolescentes no saben cómo explicar que están tristes, perdidos, cansados o ansiosos. La adicción se convierte en un refugio rápido… pero también en una cárcel.

Cuando no saben poner palabras a lo que sienten, recurren a lo que les calma rápido.
Las adicciones se convierten en un refugio… que acaba encadenándolos.

4. Un mundo lleno de estímulos que no da tregua

Las pantallas, los likes, el alcohol “solo para probar”, el vapeo que parece inofensivo, las apuestas online a las que acceden sin que nadie lo note…
Nunca fue tan fácil evadir el malestar.

La adicción conductual en adolescentes ha crecido porque nunca fue tan fácil evadirse.

Tipos de adicciones en adolescentes

Sustancias

Alcohol, cannabis, tabaco, vapeadores, medicación sin control, estimulantes…
A veces empiezan “por curiosidad”, otras por necesidad de encajar, y otras porque quieren dejar de sentir.

Estas sustancias generan dependencia emocional y física, afectando al rendimiento escolar, al sueño y al estado de ánimo.

Adicciones sin sustancia

Uso compulsivo del móvil, las redes sociales, los videojuegos, las apuestas online, compras impulsivas, la pornografía…
Cada vez más frecuentes y normalizadas. Las adicciones sin sustancia activan los mismos circuitos cerebrales que las químicas. No se notan a simple vista, pero consumen tiempo, energía, autoestima y sueño.

adiciones

Señales de adicción en adolescentes: cuando el cuerpo habla por ellos

Puede que notes que algo no encaja. No sabes qué, pero sabes que algo está pasando.

Cambios emocionales: Están más irritables, se encierran en sí mismos, te contestan mal aunque antes no lo hacían, se vuelven huidizos, esquivos, …

Cambios en su vida diaria: Bajan las notas, dejan aficiones que antes amaban, duermen peor, gastan más dinero sin explicación, …

Cambios físicos: Ojeras, cansancio, miradas que evitan, falta de energía, …

No estás imaginando cosas. A veces el cuerpo habla cuando la boca calla.

Cómo hablar con un adolescente sobre adicciones sin que se cierre

Aquí está el mayor reto: hablar sin que sientan que les juzgas.

1. Desde el cariño, no desde el miedo

El miedo genera distancia. El cariño genera escucha.

2. Valida su mundo interno

Puedes decir: “Sé que algo te está costando y no tienes por qué explicarlo todo de golpe. Solo quiero que sepas que estoy aquí cuando quieras hablar.”

3. Sustituye el control por acompañamiento

No se trata de vigilar, sino de mostrarles que no están solos.

4. Pon límites desde el amor

Los límites dan seguridad, no castigo.

Cómo ayudar si ya existe una adicción

 

Si sospechas que tu hijo está atrapado en una adicción, no llegas tarde. Nunca es tarde.

 

Habla desde la calma, no desde el miedo

Explícale que no estás ahí para juzgarle, sino para acompañarle

Identifica el dolor emocional que hay detrás del consumo

No recurras al castigo extremo: profundiza la desconexión

Busca apoyo profesional

 

Las adicciones en adolescentes no significan que hayas fallado como madre o padre.

Significan que tu hijo está pidiendo ayuda de la única forma que sabe.

Acompañarle, mirarle sin juicio y actuar a tiempo es la forma más poderosa de protegerle.

 

Ansiedad en el día a día

Ansiedad en el día a día

Ansiedad en el día a día: cómo reconocerla y aprender a gestionarla en tu rutina¿Te ha pasado que vas al trabajo, quedas con amigos o incluso intentas dormir, y de pronto aparece esa sensación de nervios, tensión y pensamientos que no se detienen? Esa es la ansiedad...

leer más
Una silla vacía para sentirte más cerca de ti

Una silla vacía para sentirte más cerca de ti

Una técnica sencilla para regular emociones con amor y presenciaUna silla vacíaA veces, las emociones nos atropellan. Llegan sin avisar, como una tormenta, y no sabemos muy bien qué hacer con ellas. ¿Te ha pasado? Es normal. No nos enseñaron a escucharlas, mucho menos...

leer más
Ataques de pánico: cuando la ansiedad estalla sin avisar

Ataques de pánico: cuando la ansiedad estalla sin avisar

Ataques de pánico: cuando la ansiedad estalla sin avisarImagina estar haciendo algo cotidiano —ir en el metro, trabajando, cocinando— y, de pronto, tu corazón se acelera, sientes que te falta el aire, que te vas a desmayar o incluso morir. Es posible que estés...

leer más
Ansiedad: cuando tu mente va más rápido que la vida

Ansiedad: cuando tu mente va más rápido que la vida

Ansiedad: cuando tu mente va más rápido que la vidaLa ansiedad es una de las razones más frecuentes por las que las personas acuden a consulta psicológica hoy en día. Y no es casualidad. Vivimos en un mundo donde parece que siempre hay que estar disponibles, ser...

leer más

Puedo ayudarte?

Si quieres concertar una cita llámame o mándame un WhatsApp al +34 600 632 142, escribe un mail a psicologacelinamcintosh@gmail.com o rellena el siguiente formulario y me pondré en contacto contigo.

7 + 7 =

Cuando crecer duele: cómo acompañar los problemas emocionales de los adolescentes

Cuando crecer duele:

cómo acompañar los Problemas Emocionales de los Adolescentes

Crecer duele…

La adolescencia es una etapa fascinante y, a la vez, profundamente desafiante. Es ese momento en el que los hijos que antes buscaban constantemente nuestra mano empiezan a querer soltarla. Se enfrentan al mundo con una mezcla de curiosidad, miedo e inseguridad. Y los padres, desde el amor y la preocupación, se preguntan cómo acompañarlos sin invadir, cómo ayudarlos sin sobreprotegerlos.

En consulta, muchas familias me dicen frases como:

No sé qué le pasa, antes me lo contaba todo y ahora no quiere hablar conmigo.”
Está más irritable, se encierra en su habitación y no sé si es algo normal o si debería preocuparme.”

La realidad es que crecer duele, y en ese proceso surgen problemas emocionales que forman parte del desarrollo, pero que también pueden generar sufrimiento si no se acompañan de forma adecuada.

La montaña rusa emocional de la adolescencia

Durante la adolescencia, el cerebro está en plena reorganización. Las emociones se intensifican, la búsqueda de independencia choca con la necesidad de pertenencia, y la opinión de los iguales empieza a pesar más que la de los padres.

Los adolescentes viven los sentimientos con una intensidad desbordante. Lo que para un adulto puede parecer una situación menor, para ellos puede ser el fin del mundo. No lo hacen por dramatismo, sino porque su sistema emocional aún está aprendiendo a regularse.

A esto se suma una presión social y académica creciente: el rendimiento escolar, la aceptación en el grupo, la comparación constante (a menudo amplificada por las redes sociales) y la incertidumbre sobre su futuro.

No es raro que aparezcan episodios de ansiedad, tristeza, irritabilidad o inseguridad. Son respuestas humanas a un entorno que exige mucho y a una mente que todavía está aprendiendo a comprenderse.

adolescencia

Ansiedad, inseguridad y baja autoestima: los síntomas más comunes

Ansiedad

Uno de los motivos más frecuentes de consulta psicológica en adolescentes es la ansiedad.

Puede manifestarse de muchas formas: dificultades para dormir, dolores de estómago o cabeza sin causa médica, preocupación constante, miedo al fracaso o a decepcionar.

Inseguridad

La inseguridad también es habitual. En esta etapa, los adolescentes están construyendo su identidad y su valor personal. Buscan su lugar en el mundo y, a veces, lo hacen a través de la comparación: “no soy tan guapo”, “no tengo tantos amigos”, “mi vida no es tan interesante”.

Baja autoestima

La baja autoestima es otra de las grandes protagonistas. Cuando el adolescente no confía en sus capacidades ni en su valor, empieza a depender en exceso de la validación externa. Las redes sociales pueden reforzar esa fragilidad: los “me gusta” se convierten en una medida de aceptación, y el miedo a no encajar se hace más intenso.

Señales de Alarma

Algunos signos de alerta que los padres pueden observar son:

  • Cambios bruscos de humor.

  • Aislamiento o pérdida de interés por actividades que antes disfrutaba.

  • Disminución del rendimiento escolar.

  • Problemas con el sueño o la alimentación.

  • Comentarios negativos sobre sí mismo.

  • Irritabilidad constante o sensación de vacío.

¿Tu hijo adolescente está más irritable o distante? Puede ser una forma de pedir espacio, no de rechazar amor.

búsquedad de identidad

La búsqueda de identidad: “¿Quién soy y hacia dónde voy?”

La adolescencia es una etapa de búsqueda de identidad. Es el momento en que los jóvenes intentan responder preguntas fundamentales:
¿Quién soy?, ¿qué quiero ser?, ¿a quién quiero parecerme?

En ese proceso, prueban diferentes formas de pensar, vestir o comportarse. Pueden cambiar de amistades, intereses o ideas de un día para otro. Aunque para los padres esto resulte desconcertante, es parte natural del desarrollo.

Lo importante es que el adolescente sienta que tiene un espacio seguro donde poder ser él mismo, sin miedo a ser juzgado. Cuando se siente aceptado y escuchado, aprende a aceptarse también a sí mismo.

Cómo pueden acompañar los padres sin invadir ni controlar

Acompañar emocionalmente a un adolescente es un arte. No se trata de tener todas las respuestas, sino de saber estar presentes.
Aquí algunos consejos prácticos para los padres:

1. Escucha sin juzgar

A veces, los adolescentes no necesitan consejos, sino un oído que escuche. Deja que hablen, aunque lo que digan no te guste o no estés de acuerdo.
Frases como “entiendo que te sientas así” o “cuéntame más, quiero entenderte” abren la puerta al diálogo.

2. Valida sus emociones

Evita minimizar lo que sienten con expresiones como “no es para tanto” o “ya se te pasará”.
En su lugar, puedes decir: “veo que esto te preocupa mucho, vamos a pensar juntos cómo afrontarlo”. Validar no significa estar de acuerdo, sino reconocer su emoción.

3. Fomenta su autonomía

Permitir que tomen decisiones, aunque a veces se equivoquen, es fundamental para su desarrollo emocional.
Acompaña, pero no resuelvas por ellos todo el tiempo. La sobreprotección puede transmitir el mensaje de “no confío en que puedas hacerlo”.

4. Refuerza lo positivo

Reconoce sus logros, su esfuerzo y sus cualidades más allá del rendimiento académico.
La autoestima se construye también a través de la mirada de los padres: una mirada que vea lo bueno incluso cuando hay dificultades.

5. Cuida tu propio ejemplo

Los adolescentes aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice.
Si te ven gestionando el estrés con calma o hablando de tus emociones con naturalidad, ellos también aprenderán a hacerlo.

Cuándo pedir ayuda profesional

Algunos adolescentes necesitan apoyo extra para manejar lo que sienten. Pedir ayuda no es un fracaso como padres, sino un acto de responsabilidad y amor.

Busca apoyo psicológico si observas:

  • Cambios persistentes de ánimo.

  • Autoaislamiento o rechazo a toda comunicación.

  • Conductas autodestructivas o autolesiones.

  • Consumo de sustancias.

  • Ansiedad o tristeza que interfieren con su día a día.

En terapia, el adolescente encuentra un espacio neutral y seguro, donde puede hablar sin miedo, descubrir recursos personales y aprender estrategias para regular sus emociones.

El Camino hacia la Liberación

Acompañar a un adolescente es una de las tareas más complejas, pero también más transformadoras.
Implica soltar el control, confiar, escuchar y, sobre todo, amar sin condiciones.

Recuerda que detrás de cada gesto de rebeldía, hay un joven intentando encontrar su lugar en el mundo.
Tu presencia, tu calma y tu escucha pueden marcar una gran diferencia.

“La adolescencia no es una guerra que ganar, sino un puente que cruzar juntos.”

Si sientes que tu hijo está pasando por un momento difícil, o que te cuesta acompañarlo sin sentirte desbordado, la terapia psicológica puede ser una gran aliada.

Puedo ayudarte?

Si quieres concertar una cita llámame o mándame un WhatsApp al +34 600 632 142, escribe un mail a psicologacelinamcintosh@gmail.com o rellena el siguiente formulario y me pondré en contacto contigo.

5 + 1 =